martes, 3 de marzo de 2009

Las tres claves para entender el declive del arte oficial

http://img.dailymail.co.uk/i/pix/2007/06_01/hirstPA_468x349.jpgAunque desde el circuito oficialista se quiera dar siempre una sensación de fortaleza, de tenerlo todo dominado, aunque los pintores sigamos teniendo que buscarnos la vida fuera de las salas de primera categoría, fuera del apoyo de los políticos porque el neoconceptualismo sigue siendo lo que les dicen sus asesores que es "moderno" y "guay", lo cierto es que hay un síntoma inequívoco de su inminente caída y el retorno de la pintura: su creciente agresividad hacia el "enemigo".

Si hace unas décadas, para criticar a Antonio López, la crítica postmoderna exhibía un irónico desdén o una fingida indiferencia, y sus críticas eran del estilo "Antoñito", el niño mimado del PSOE... ahora sus cachorros, los herederos, los garantes de la continuidad del reino conceptual, están empezando a perder los estribos. Según hemos estado comentando en Lérias Várias, uno de los blogs hartistas, hay tres pilares, tres claves que están delatando un aumento de la agresividad, que es síntoma de miedo, y por tanto de que la posición de dominio sobre el mundillo artístico que hasta ahora ejercían los teóricos conceptualistas está cercana al final.

Son tres más que ninguna, las cosas que cabrean hasta el infinito -y más allá- a esta gente:
  1. La pintura contemporánea, imparable. No pueden soportar que la pintura, que se suponía muerta y enterrada, o al menos domesticada, resista. Y que encima guste. Pero si algo no tiene perdón de su dios es que haya pintores que tengan éxito. Incluso mucho éxito. Indefectiblemente, la plana mayor neoconceptualista se lanza, rebosando bilis, a atacar con saña. Porque hay pintores que destacan, y mucho: sus obras rivalizan con las grandes chorradas tipo Hirst como obras más caras vendidas en las subastas, pero que además son apreciadas por el público y los museos las atesoran con fruición. Por si esto fuera poco, a pesar de su control, cada vez el gran público puede acceder más fácilmente (Internet, publicaciones...) a la obra de autores denostados o malditos por el sistema como Igor Mitoraj, Antonio López, Balthus, Freud, Kitaj, Wyeth, Hundertwasser... También, cada vez más, los pintores actuales, jóvenes en muchos casos, se van abriendo hueco y aparecen en la prensa pese a la "tutela" que la secta duchampiana ejercía en los medios. Encima, las voces unidas de stuckistas, hartistas, y otros grupos que surgen espontáneamente, van reclamando para la pintura un lugar relevante, sacándola de los ghethos que específicamente fueron creados para satisfacer la sed pictórica del populacho, los únicos sitios tolerados para mostrar el arte supuestamente inferior, muerto y caduco: los muros para la pintura callejera (graffiti), los bares y cafeterías, las salas de tercera regional para la pintura de caballete... Porque empezamos a decir que no nos vale: los pintores somos exactamente igual de contemporáneos que nuestros competidores de la instalación, el video-arte o la performance. Y queremos exponer, como ellos, en el CGAC, en el Reina Sofía o las grandes fundaciones, sin tener que esconder nuestro arte bajo algún disfraz postmoderno que les "mole" a los patrones (pintura-pintura, copia de fotos con medios exóticos, reflexion irónica y superficial sobre los temas "trascendentes" de siempre: lo social, político, sexual y demás asuntos referentes a la corrección política para que los cuadros no parezcan lo que son). Evidentemente, los que manejan el "circuito" no están dispuestos a quitar del museo una sola lata llena de mierda para dejar sitio a un cuadro, y les parece intolerable nuestra pretensión. Pues es real: queremos que la pintura ocupe el lugar que le corresponde, tener igualdad de oportunidades con toda la basura postmoderna (y conste que uso "basura" como mera descripción de los diversos objetos sin valor que suelen verse tirados en el suelo en los museos de arte contemporáneo, no como ofensa).

  2. La pérdida del miedo a opinar por parte del público. Cada vez menos gente se cree el rollo ese de "yo entiendo y todos vosotros no", esgrimido por los "expertos" de turno.

  3. Pero si hasta ahora eran capaces de mantener a los pintores calladitos, dentro de sus ghettos y el público relegado a creerse ignorante, porque sabían inexpugnable la fortaleza de sus postulados teóricos, ahora se ven indefensos. Y tienen miedo; porque ya no hay una sola voz, monolítica. Parte de la crítica, la historia del arte, el periodismo, la filosofía, ha dejado de escribir a medida de ellos, según los intereses del lobby del arte contemporáneo. Y eso ha sido la gota que colmó el vaso. Se ven ya replegándose en sus posiciones, antes de huir en estampida, "como vacas desnortás", que dirían los de Muchachada Nui.
A continuación transcribo parte de la conversación en Lérias Várias en la que precisamente se habla de los miedos -confesados- de los críticos conceptualistas y además se formulan los tres puntos clave mencionados:
Blogger Dimo Java-Lee Garcia dijo...

En este blog http://arte-nuevo.blogspot.com/ acabo de escuchar una entrevista, algo larga pero de interés, trata de la crítica de arte en México.

Da pistas sobre el pensamiento manejado por los gurús del arte contemporáneo en este país.

Estaba escuchando esta entrevista y luego de media hora de alocución del crîtico Cuauhtémoc Medina, ¡oh sorpresa! escuché que esta eminencia del arte contemporáneo aclaraba sobre la disidencia que lo atormenta:

“el primer discurso es que hay una exclusión de los verdaderos artistas que operan como Miguel Ángel, hay una mujer increíblemente... este... el problema no es de ignorancia, es corta de deseos, se llama Avelina Lesper. ”

3 de marzo de 2009 9:44

Suprimir
Blogger Anxova dijo...

Hay dos cosas que están acabando con ellos, lo cual se delata por el tono, les hace desesperarse, gritar... se ven sus sentimientos verdaderos, que permanecen ocultos bajo una sonrisa hipócrita por capas y más capas de compostura postmoderna, fina ironía, cinismo...

Una de ellas es el empuje de la pintura contemporánea, imparable. Nada les jode más que ver pintar, que ver que un pintor triunfa. Es una constante:

Comentarios de esta noticia

Artículo sobre Wyeth

La otra, evidentemente, es que la teoría, su única defensa, se vuelva contra ellos. Avelina Lésper es uno de los casos, y brillante, de lo que tú mismo bautizaste como "crítica anti-corrupta".

Eso tampoco lo soportan, porque su base teórica, hasta ahora intocable por críptica e incomprensible, en realidad es sumamente débil, inconexa, poco rigurosa. No aguanta el embate de un análisis serio desde un punto de vista filosófico, histórico, ni por supuesto estético.

El tercer pilar de su agonía es que el gran público pierda el miedo a opinar que hasta ahora atenazaba sus voces, y mantenía secuestrado el debate sobre arte contemporáneo. Temen a la gente, a que haya una rebelión contra el status quo ya consumado. También un aumento en la agresividad de los creyentes es aquí síntoma de su miedo: si antes se conformaban con decir "tú no entiendes y yo sí", ahora directamente pasan a insultar al público, llamando cateto, pailán o directamente imbécil a quien ose cuestionar sus dogmas de fe sagrados.



Pero los síntomas hablan por sí mismos: por el nivel de enfado que ahora están empezando a mostrar públicamente, por esa pérdida del autocontrol, parece que su fin es más inminente de lo que todos nosotros habíamos especulado.

3 de marzo de 2009 10:54


Así que, si queremos contribuir a que las palabras "arte" y "contemporáneo" juntas dejen de inspirar desconfianza, tenemos tres medios a nuestro alcance:
  1. Público: opinad libremente sobre arte, basta con que seáis sinceros.
  2. Críticos, Historiadores, teóricos...: escribid libremente sobre arte, basta con que seáis sinceros.
  3. Pintores: pintad libremente, haced arte, basta con que seáis sinceros.
Poco importa que lo dicho sea afín al Hartismo o no, el simple hecho de decir algo diferente de la versión oficial, de hacer uso del propio cerebro es suficiente. Nada les jode más.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

chapeau

Avelina Lésper dijo...

Anxova:
En el único comentario de la entrevista en arte nuevo, hace una extensa cita de un texto tuyo, y claro Medina habla y habla, que nos diga cual es el Miguel Ángel de los conceptuales, cual es la Capilla Sixtina de este "arte" ¿un ordenador roto? ¿una "artista" revolcándose en sus fluidos? ¿un cráneo con brillantes falsos?. Sería interesante que la oyeras y comentaras. Ahora en Letras Libres viene un interesantísimo ensayo de Álvaro Delgado-Gal sobre arte conceptual, te envíe al mail del info el link.

Avelina Lésper dijo...

Anxova:
Hay otras cosas que están acabando con el arte conceptual y es la trampa en que han caído ellos mismos: la voracidad por lo nuevo, mientras el arte verdadero acumula experiencia, en el conceptual acumulan novedad y esta muere de inmediato entonces el que ya no es nuevo ya no interesa, así que se plantean como artistas desechables, si deshechas a los creadores la obra sufre también una perdida, el arte conceptual no respeta ni a sus creadores, los utiliza como seres de circo y una vez que llega uno nuevo lo miran y se olvidan del anterior.

Otra muy elemental y es un asunto material: la obra conceptual se degrada físicamente, los materiales son efímeros, de mala calidad, son basura y esta no vive, ¿que puedes esperar de una obra fabricada con chocolate? Que se pudra, o ¿una obra fabricada con talco y lipstick? Que desaparezca. Están creando obras para que desaparezcan, son obras que no se pueden ni restaurar.

Otra es la percepción de que no hay talento, de que alguien miente, si ese objeto yo lo puedo hacer ¿por qué el curador dice que el que lo hizo es un gran artista? Más allá de los discursos que respalden la obra siempre existe la sensación de que “eso” no requirió de talento, se han olvidado que de al arte queremos admirarlo, y que si no lo admiramos, no nos interesa.

La evidencia de que nos están adoctrinando, el arte conceptual limita la libertad y eso causa rechazo, está lejos de ser un arte libre, depende de curadores, contextos, discursos etc. es un esclavo adicto de un medio artificial. Y además depende de que nos impongan un discurso, y en el espectador hay la presión de acorralarlo como en las religiones “cree en esto porque yo lo digo”. Es natural que rechacemos lo que limita la libertad.

Anxo Varela dijo...

Es muy cierto, con el arte conceptual siempre hemos sentido una coacción, un límite a la libertad, aunque paradójicamente sea desde la posición que se autodenomina "mentalmente abierta", o por la libertad. Y es difícil, precisamente por esa paradoja, y porque se encargan de hacer sentir a uno como censor, entender en dónde está ese recorte de la libertad del espectador.

Pero el sentimiento de coacción, de impotencia incluso, existe, y proviene precisamente de que se imponga como arte lo que los propios ojos y todo nuestro ser dicen que es un objeto vulgar, algo sin valor, basura, y que todos los añadidos teóricos son eso, añadidos.

Durante nuestra época de estudiantes en Pontevedra la presión de ese "pensamiento único" era tremenda. Se menospreciaba el talento, la habilidad, incluso el esfuerzo, y el bombardeo teórico pro-conceptual era constante. Fue ello lo que nos impulsó a crear la revista de la ACME, que más tarde ha cristalizado en el Hartismo actual.

Rechazar el conceptualismo como arte hace sentir libre.

La reflexión sobre este tema que has hecho (ya en la entrevista que hemos comentado estos días aquí) me parece muy interesante. A mí por lo menos nunca se me había ocurrido enfocar este sentimiento así, como un recorte de la libertad, pero exactamente es eso. Situar correctamente esa sensación me ha ayudado mucho estos días en los que he tenido que defender mi crítica a San Beuys.

Claudia Botero dijo...

En Costa Rica, en la Galeria de Jacobo Carpio hace unos años, la curadora que era cubana, me atendió para ver mi trabajo grafico, la conexion se hizo porque yo habia estado seleccionada en Cuba en el certamen de la Joven Estampa con obra gráfica. Me dice la cubana, que está muy bien mi trabajo, que se ve "bonito" pero textual que: "aqui lo que se mueve es sangre y vomito". Parte de la muestra que tenían montada eran unos jabobes de baño llenos de pelos,,, pegados simetricamente en una gran pared. No vi mas y a la salida tenia ganas de gritar y morder a alguien. Estas cosas se superan como sea, y he tenido que crecer como persona. Recuerdo que mi padre me contaba ya de niña, el es escritor, que los artistas de todas las épocas eran como antenas vivientes que captaban el espíritu de sus tiempos y lo contaban, lo hacian en su arte.
Entonces quiero decir que siendo asi, puede ser que se capten muchas cosas, digamos que todos hacen lo mismo, contemporaneos, conceptuales y los mas hartistas, captar y contar sobre el espiritu de nuestra época. Creo yo que la discusión básica es una que no trata sobre lo que hacen las intituciones publicas o no, sino mas bien, de lo que es deseable para las personas, para los seres humanos... no se si se me entienda, la pregunta que hay que hacer que las personas se hagan, nos hagamos todos es, si estamos en este planeta para tener dos carros, una casa, un armario lleno con ropa de marca, estar a la ultima moda, estar enterado o en lo ultimo, de lo ultimo, de lo ultimo, o estamos aqui para aspirar como humanidad a mirar las estrellas, a comprender el universo, a entender eso que somos mas allá de la inmediatez de nuestras limitadas vidas materiales.
De eso no van a hablar las instituciones porque el sistema que las sostiene se los prohibe, es suicida que las personas entiendan que no necesitan mas de un par de zapatos para vivir, por poner un ejemplo.
¿Cómo se va a pelear contra esto, si esto es el mundo y la institución? ... ¿Y si los artistas de la lata de mierda son magnificos artistas y esto es solo lo que ellos captan?... eso lo captan ellos, eso es lo que ven.
Pero parece que por aqui, estamos mirando para otra parte... o ¿será lo mismo disfrazado de la última contra vanguaradia?. Digo esto porque opino que al sistema no se le va a convencer con ninguna clase de argumentos, sino mas bien que hay que pensar muy seriamente en aunar esfuerzos para que estas ideas tengan realidad pragmática.

Anxo Varela dijo...

Es lógico pensar que no hay mucho que hacer, pero piensa tan sólo en los grandes imperios que ha habido, que parecían eternos, y que han caído. Los egipcios, los romanos, el imperio español...

Este sistema está cayéndose, aunque apenas se note todavía.

Estas tres claves que damos, creo que serán útiles para que la caída se acelere. Debemos contribuir con nuestro granito de arena, en nuestro caso pintando, hablando, escribiendo...

Como decía Mark Twain, “Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa”.

César Aguilar Gazquez dijo...

Gran articulo,Anxova, como no estar de acuerdo?
Tiempo al tiempo, todo cae, hace un par de años hicimos en Sabadell la primera exposición stuckista de Bcn, no se como pero salimos en el diario local y bueno el correo se nos lleno de felicitaciones de personas anonimas que les gustaba lo que vieron, y que preguntaban si podian opinar, me acuerdo que yo hice una metáfora con el cuento "El traje nuevo del emperador" y las personas que escribieron se sintieron plenamente identificadas, por eso tiempo al tiempo, a mi parecer son ídolos con pies de barro, por eso tiempo al tiempo...